No conozco los detalles técnicos del malware que han incluido en los móviles pero el problema va más allá del sistema operativo que se use. El código de Linux es abierto pero eso no da ninguna garantía de que un sistema Linux pueda estar libre de malware. No hablo de que se pueda infectar sino de que se distribuya infectado.
Un fabricante muy molón puede vender sus terminales y publicar junto a él el código fuente de todo el software que trae de serie para que cualquiera lo puede auditar. El problema es que ese software viene compilado en el teléfono y el firmware compilado podría venir de otra fuente. Comprobar si un programa compilado viene de un código fuente concreto no es nada fácil ya que el resultado depende del hardware y el software instalado donde se realiza la compilación. Debian está trabajando en este aspecto.
Esto lo digo porque el hecho de que ahora aparezcan otros sistemas operativos que supuestamente son más seguros no implica absolutamente nada. La única forma de disponer de un sistema 100% fiable es que bajemos el código fuente de cada programa que vamos a instalar, lo auditemos nosotros mismos, lo compilemos y luego lo instalemos.
Mientras el tráfico de datos personales siga siendo un negocio tan rentable, nuestra privacidad dependerá solamente de la buena fe (y diligencia) de los fabricantes que nos endosan su software precompilado.
Y bueno, aquí entra una vez la actitud de los consumidores. La autentica realidad es que a la inmensa mayoría le da exactamente igual este tema y eso hace que difícilmente vaya a cambiar nada.