Coronavirus
-
Hoy, por primera vez desde que se estrenó la nueva portada, no he encontrado ninguna noticia relevante que poner. He publicado el anuncio de una nueva versión de un reproductor de audio. Vamos, un poco de paja para hacer ver que seguimos vivos.
El mundo del marketing parece muerto en estos momentos y seguramente por buenas razones. Ya se habla del batacazo que se van a pegar las tecnológicas de aquí a no mucho tiempo cuando toque empezar a pagar el estropicio.
Durante este tiempo he intentado evitar (sin éxito) sacar el tema en cualquiera de las páginas por una cuestión de cordura mental. Como dicen las normas, no está permitido hablar de política. La principal razón es porque es un tema que suele traer malos rollos. Pero también porque no está de más disponer de un lugar aséptico y alejado de la realidad cotidiana desde donde podamos desconectar. Al final, Hardlimit me sirve principalmente para eso; para desconectar unos minutos al día de la realidad. Creo que resulta hasta terapéutico. Es una gran pena que el foro haya muerto pero aún así, el trabajo de administración y moderación, siguen haciendo esa función. Eso sin contar los nuevos proyectos como el Museo, y vuestras colaboraciones esporádicas que me resultan ilusionantes.
Sé que el tema acapara la práctica totalidad de los medios de comunicación y que es algo que nos rodea, queramos o no, durante todo el día. Y nos va a seguir rodeando una buena temporada. De hecho, seguirá estando presente mucho después de que se haya ido. La auténtica realidad es que estamos viviendo un momento histórico. Cuando parezca que se está olvidando, empezará a publicarse en los libros de historia. Aparecerán decenas de documentales y películas, y nuestros descendientes nos preguntarán qué ocurrió.
Por eso, quiero sacrificar un poco de esa cordura mental que se pretende en este sitio para dejar una pequeña cicatriz en el foro que sirva como referencia ante este hito. Y ya de camino, plasmar mis pensamientos.
Creo que todo esto va a servir un poco para definir a las sociedades del siglo XXI y también, para definir a la humanidad en sí. Si hace un mes me hubieran preguntado, "oye, ¿qué me podrías decir de la civilización occidental?" seguramente no hubiera sabido dar una respuesta muy concreta. Creo que, a día de hoy, podemos ver un retrato de nosotros mismos bastante definido. Un retrato donde se ven cosas horribles, pero también cosas maravillosas.
Ayer, mi pareja me enseñó un video de un Ted Talk en el que Bill Gates salía hablando sobre la epidemia de ébola de 2015. El tipo la verdad es que parece un profeta. Pero dejando de lado sus profecías, dijo algo así como que "la crisis del ébola debería servirnos como ejemplo para prepararnos, porque el mundo no está preparado para la próxima pandemia". Al escuchar eso, se me escapó una carcajada y me hizo ver la arrogancia suprema de las sociedades occidentales, algo de lo que no había sido completamente consciente hasta ahora. Repasemos qué ha ocurrido a grandes rasgos:
· En enero empezó el problema en China, momento en el cual se cerraron a cal y canto ciudades de millones de habitantes. ¡Qué exagerados! Nos decíamos por estos lares. ¡Eso les pasa porque son una dictadura totalitaria! ¡¡Aquí esas cosas no pasan!! Pringaos.
· A principios de febrero, comenzó la construcción de un hospital que estaría terminado en 10 días. Los chinos construyeron un puñetero hospital en 10 días. ¡Así será su sistema sanitario, que les viene una gripe y se tienen que poner a hacer hospitales! A nosotros nunca nos pasaría eso. ¡Nuestro sistema sanitario es claramente superior!
· Durante la primera semana de febrero, la cosa se empieza a poner fea en Italia y cierran los primeros pueblos. Pero ¡no pasa nada porque se extiende más rápido el alarmismo que los datos!
· A la semana, el tema se pone feo de verdad en Italia. Pero, ya sabemos todos cómo son los italianos: un desastre organizativo y nula seriedad donde la haya. ¡Si es que son la vergüenza de Europa! Eso nunca nos pasaría a nosotros. Además, hay muy pocos casos en España y después de todo ¡no es más que una gripe!
· Empieza marzo y hay quienes empiezan a preocuparse en España pero no es lo suficientemente grave como para paralizar la actividad económica. El show debe continuar.
· Durante la segunda semana de marzo el tema se empieza a poner feo en España. Un momento, esto nos suena, ¿quizás habrá que empezar a tomar medidas?
· Durante estos días, se empieza a repetir el patrón por los distintos países mayores de Europa y mientras tanto desde EEUU “bah, qué exagerados, si no es más que una simple gripe”. Mira, ahí tienes a la mediocridad española en todo su esplendor. Esos pequeños países europeos no son representativos de nada. Ridículos.
· La semana pasada, se empieza a poner feo en EEUU; el patrón se repite en el país más maravilloso y mejor preparado ante pandemias del mundo (según un informe publicado por la universidad Johns Hopkins a finales de 2019).
Entonces claro, viene Bill Gates y dice que habría que coger la epidemia de ébola de 2015 como ejemplo para prepararnos y no puedo hacer más que reírme (porque la alternativa hubiera sido llorar). Hemos tenido al monstruo ante nuestras narices y nos hemos creído superiores a él sistemáticamente. Por sistema, en todas las sociedades occidentales se ha repetido el patrón de la arrogancia y la soberbia. ¡Ha sido brutal! ¡BRUTAL!
Y ahora estamos aquí, encerrados, vencidos y casi que diría que también humillados. ¿Por qué un país como China hubiera estado dispuesta a sacrificar la producción de semanas y a consumir recursos en construir hospitales en un tiempo récord? Es increíble que casi nadie se haya preguntado esto. Y también es increíble la ceguera de nuestras sociedades. Esto hace preguntarme a qué otras cosas somos ciegos. Cosas que podrían acabar con nosotros de un momento a otro y que somos incapaces de ver aun cuando están delante de nuestras narices. Esto me resulta francamente preocupante, de verdad.
En fin, de la misma forma que nos estamos retratando en este sentido, también resulta increíble ver a millones de personas sacrificando sus libertades por el bien común. Resulta emocionante escuchar los aplausos todas las tardes a las 8. Resulta reconfortante ver videos donde los vecinos de un barrio increpan a gente saliendo a correr. Resulta dignificante ver a policías locales pasearse por las calles de un pueblo tocando la guitarra y cantando para amenizar el encierro de los confinados.
Parece que esta pausa de la vorágine productiva y consumista estuviera mostrando el lado humano de nuestras sociedades. Cuando voy a hacer la compra, observo un orden y concierto que nunca antes había visto en este país para hacer una cola. El otro día me tuve que pasar por la oficina a recoger unas cosas y la gente conducía con un cuidado y un civismo que daban ganas de llorar. En una bifurcación, una furgoneta y yo casi nos paramos en mitad de una autovía completamente desierta para cedernos el paso. ¡Una furgoneta (que son los más salvajes de la carretera) cediéndome el paso en mitad de una autovía!
Las cosas han cambiado. Hay cambios que serán temporales (cuando esto acabe y coja el coche, sé que tendré que esperar cualquier barrabasada de una furgoneta). Pero otros cambios serán permanentes. Habrá cambios, sociales, políticos y económicos. El mundo que conocíamos ha desaparecido. El que viene será similar, pero no igual.
En los próximos meses se analizará qué ha pasado. Habrá quien dirá que el gobierno tendría que haber hecho esto o lo otro. Que tendrían que haber actuado antes o después. Que la oposición tendría que haber criticado más o menos. Se redefinirán los servicios públicos. Habrá quien aproveche para decir que hay que potenciar una sanidad pública por el bien común (ricos y pobres porque el resulta que este virus está matando a ricos también). Habrá quien aproveche para decir que un sistema sanitario privado ofrece la eficiencia que una situación así requiere. Serán momentos de oportunidades para cambiar las cosas y de oportunistas que soflamarán su discurso.
Esta es una situación que me podría tomar como deprimente. De hecho, cuando la analizo con un poco de profundidad, me resulta deprimente. Pero luego me entra una curiosidad enorme. Tengo curiosidad por saber qué va a salir de todo esto. Sé que lo que queda de 2020 está condenado. La incertidumbre económica y laboral nos acecha a todos. Puede que alguno incluso perdamos a seres queridos. Van a ser meses complicados y desagradables. Pero tengo la esperanza de que todo esto esté siendo esa vacuna que tanto necesitamos: un pinchazo que escocerá y que nos hará tener algo de fiebre eventualmente, pero que nos hará más fuertes.
Y ahora ¿qué os pasa por la cabeza en estos momentos (sin meteros demasiado en política)? Venga, que sé que estáis castigados sin salir.
-
Voy a intentar ser breve, porque aunque de momento doy gracias de que no tengo nadie cercano afectado, si que estoy acojonado.
Estoy acojonado por mis padres, porque son mayores y mi madre de por sí ya está muy delicada. Me cuesta escribir esto sin que se me salten las lágrimas, pero como les toque la china es posible que según se los llevaran al hospital no los volviera a ver nunca. No soy religioso, pero pido a quien sea, a lo que sea, a la suerte... que aguanten hasta que esto se calme, existan tratamientos efectivos y hasta vacunas, pero esto último sobre todo va para largo.
Sinceramente, pongo toda mi esperanza en la ciencia, y en que todos los servicios aguanten hasta que esta nos saque del atolladero con los mínimos daños posibles y sobre todo las mínimas pérdidas humanas.
En cuanto a la gente se ve lo mejor y lo peor del ser humano, actos totalmente solidarios y otros que van a su bola y les da igual todo y todos. Las redes sociales se han convertido en un hervidero de videos, memes, etc... y me he visto obligado a silenciar todos los grupos y no ver casi ningún video... por mi salud mental. Procuro mirar las noticias un par de veces al día, y el resto del tiempo abstraerme con el trabajo (teletrabajo) y con temas frikis, proyectillos, etc...
No se como saldremos de esta, pero espero que acabemos cuanto antes esta fase, que ya pelearemos contra el daño económico, paro, etc...
Un saludo a todos y espero que vuestros seres queridos estén bien.
-
Yo también soy testigo de esa arrogancia que comentas @cobito. Personas que en todo momento han despreciado la magnitud real (o potencial al principio) de todo esto, y que con el paso del tiempo y la proximidad de la realidad, han transformado su arrogancia en nervios y a veces, al extremo, en pánico.
Personalmente, tengo una prima afectada, y aunque ella es increíblemente fuerte desde que la vi nacer hasta hoy, y aunque los síntomas que tiene son bastante leves comparados con los de otros casos, jamás estaré tranquilo ni confiado mientras esto dure. Se está promulgando a todas horas la idea de que sólamente existe un porcentaje "reducido" de población que es más vulnerable al virus, el llamado "grupo de riesgo" (tercera edad, personas con patologías previas...), pero está siendo inevitable conocer casos personales, narrados en privado por personas de confianza, testigos presenciales, de tú a tú, en los que está muriendo gente de cualquier edad y sin patologías previas.
No pretendo ser alarmista, sino recalcar la necesidad de desterrar cualquier pensamiento de superioridad o de despreocupación frente a esta realidad. Pensar aún que todo esto es "exagerado" o que "no es para tanto", me parece de una irresponsabilidad y una falta de contacto con la realidad brutales.
Desde aquí aprovecho para mandar a todos un abrazo muy grande y muchísima fuerza, sobre todo a quienes tienen seres queridos de avanzada edad, que efectivamente son población de más riesgo, pero no los únicos seriamente vulnerables.
Por lo demás, estoy procurando pasar el confinamiento lo mejor que se puede, desconectando en la medida de lo posible de las redes de "desinformación", incluso tratando de no cruzarme con cifras cuando busco cosas en internet, por salud mental como comentáis. Estoy tratando de ponerme al día con juegos, libros, películas... En definitiva, material de ocio que tenía pendiente, aunque verme con tanto tiempo por delante me ha hecho ambicionar muchísimo y me está costando organizarme, la verdad.
Echo de menos tener un espacio donde dedicarme a absolutamente todo, ya lo echaba de menos antes, pero ahora con tanto tiempo libre obligado, como que hasta da coraje. Tengo un par de proyectos de motos clásicas y podría estar restaurándolas ahora mismo con toda la paciencia del mundo. Tengo algún proyecto de modding inacabado que también podría estar rematando. Tengo que cambiarle al coche un elevalunas, que incluso lo compré dos días antes del confinamiento y ahí está, muerto de risa. Tengo una reforma que hacer en casa de un amigo, estábamos preparándonos para ello con muchísima motivación y entonces, llegó el estado de alarma.
En definitiva, todo cosas sin importancia comparadas con la magnitud vital de todo esto, pero es la muestra de que los días enteros para pensar dan para hacer un viaje por todos los aspectos, detalles, ideas o preocupaciones que una mente creativa puede desarrollar en el tiempo.
Un abrazo enorme a todos. Mucha fuerza y ánimo, que aquí seguiremos, al pie del cañón.
-
Pues tras casi una semana de estar enjaulao (que no es que me impote mucho, soy un soso y un pez y en la calle no hay nada que me atraiga lo más mínimo) estoy, por decirlo finamente, hasta la punta del cap***o.
Y no porque para ir a comprar el pan y la leche te tengas que vestir de cirujano, o que a las ocho sin falta todos los días se pongan los vecinos a cantar (antes era sólo aplaudir, ahora hay que poner en el balcón el altavoz blutú que compraste en el chino, que suena a lata pero trae muchas lucecitas y eso es lo que cuenta)... sino porque uno empieza a pensar cosas raras.
Cosas de esas que les gustan a los debunkers para ponerte en tu sitio con datos oficiales, pero que a mi ahora se me antojan actos de fe... y espero no ofender a nadie y asumo el riesgo de quedar como un gilipo**as, pero es que la sensación de que algo chirría en éste asunto supera mi parte lógica.
En fin, si por éstas letras acabo con la poca dignidad que me quedaba, le echaré la culpa al aislamiento y a que son las cuatro y pico de la mañana, por lo que el coco ya no da más que para tonterías.... ¡mira, un mono de tres cabezas!
-
¡Esta publicación está eliminada!