Te comprendo perfectamente, alcalde. En mi caso, me está pasando con el archiconocido Cyberpunk 2077. Supongo que también vendrá de ahí la reflexión. Está en todas partes y todo el mundo está muriendo por ello. La cuestión es esa, al final no es más que una herramienta de entretenimiento que depende más del hype que se le inyecta forzosamente que de su contenido o recompensa neta posterior. Supongo que hoy día lo prolongarán infinitamente mediante actualizaciones y nuevos packs de ampliación y lo que antaño era un juego lo convertirán en toda una franquicia.
Es imposible no acudir a esa frase que reza: "todo tiempo pasado fue mejor". Pero como bien dices, al final todos caemos de una forma u otra, independientemente de la época, pero porque también ese estado de excitación es químicamente adictivo. A mi modo de ver, la vida cobra sentido tanto por lo humano como por las pasiones de lo humano, y me resulta lógico que mucha gente viva sus pasiones de manera tan intensa, puesto que probablemente en ocasiones sean sus únicas razones para sentirse alegres en el día a día. Es por eso que, aunque yo también he querido esconderme al leerlo, soy capaz de entender al tipo que da las gracias a Best Buy. Se abre el debate respecto a si, probablemente, la vida debería estar distribuida u organizada de otra manera para que personas en todas partes del mundo tuviesen pasiones o sueños con mayor peso existencial que comprarle a una trastienda online la última unidad de 3060Ti a medio millar de euros (ojo).
A mi por ejemplo con el hardware y los videojuegos hace muchísimo que no me pasa. Estuvo a punto de pasarme con GTA: San Andreas, precisamente porque el foro y las filtraciones eran básicamente el colegio y los compañeros... Al final te quedabas fuera de las conversaciones si no tenías un equipo a la altura de los requisitos, y por consiguiente el juego. Entonces aprendí a hacerme fuerte y a jugar los juegos a mi ritmo, al cabo de los años, cuando ya eran más "accesibles" y lo último en hardware devaluaba lo anterior, haciéndolo igualmente más asequible. Después está la pequeña enfermedad que mucho de nosotros desarrollamos, los de este gremio. Y me refiero al diógenes digital.
Muchos aprovechando ese hype del que hablamos, ven factible un cambio de plataforma, vendiendo la que tienen y comprando una más reciente. Yo me considero de esos atrapados por el encanto del hardware y por los vínculos emocionales, así que cuando la falta de medios lo requiere, ahorro e invierto en una nueva plataforma, pero suelo ser incapaz de deshacerme de la anterior (hasta que simplemente muere por llegar sus elementos al límite de su vida útil).
Creo encontrarme bastante-muy a salvo del hype y de las estrategias sociopublicitarias actuales, pero como bien comentabas alcalde, nunca estamos 100% inmunizados ante ello, y tarde o temprano, por la circunstancia concreta que sea, acabamos sucumbiendo incluso sin darnos cuenta.
Mi recomendación a quienes quieran vacunarse contra ello es mantenerse pobre y ocupado todo el tiempo posible. Suele funcionar bastante bien
¡Saludos!