Hace unos años echaron por la 2 un documental llamado "Obsolescencia programada" donde explicaban cómo los fabricantes diseñaban sus productos para que tuvieran una caducidad. Salía un ejemplo llamativo de un fabricante de bombillas que hacía que sus bombillas tuvieran una duración inferior a la máxima posible. Así vendían más. A día de hoy, no solo es una práctica habitual, sino que es un requisito indispensable para que el sistema funcione.
A mi me parece un sistema absurdo que, a pesar de proveer numerosas soluciones, provoca infinidad de problemas. Así que, en general, soy bastante austero cuando se trata de comprar según qué cosas.
En octubre de 2014 compré mi actual móvil: un Motorola Moto G de 2013. Este mes ha cumplido ocho años. Era un modelo antiguo que me costó 150€ (porque ya había salido el de 2014). Pensé que sería suficiente para que me durara 2 o 3 años, lo cual era ser bastante optimista tratándolse de un móvil.
Tiene una pantalla de 4.5", que lo hace pequeño y perfecto para llevarlo en el bolsillo, 1GB de RAM y una ridícula cantidad de almacenamiento de 8GB sin slot para tarjetas de memoria, y ya en 2014 estaba bastante justito. Lleva Android 5 que, de momento, no ha sido un impedimento para tener todas las apps actualizadas.
Al teléfono nunca le he puesto funda y tiene la batería original. Su duración es de 2 o 3 días con un uso moderado y de más de un día con uso intenso. Es verdad que siempre lo apago por las noches. Nunca he tenido que cargarlo dos veces en un mismo día y eso que ha habido veces que le he metido una caña importante (GPS con Bluetooth durante varias horas y cosas del estilo).
Estéticamente, la pantalla está un poco rallada y tiene algún desperfecto menor que no afecta al área de visión. La tapa de atrás está bastante trillada pero todavía hace su trabajo. Está lejos de parecer nuevo, pero estéticamente se conserva aceptablemente.
El uso que le doy es el siguiente:
· Whatsapp y Telegram: a veces tardan 3-5 segundos en iniciar, pero a partir de ahí van perfectamente fluidos.
· K-9 Mail (Correo): Va como el primer día.
· Firefox: tarda un buen rato hasta que empieza a ir medio bien. Es un poco tediodo navegar, pero para ver los menús de los restaurantes, vale.
· Maps: A veces tarda mucho en arrancar y coger la posición (puede llegar a 2 o 3 minutos). Una vez que está en funcionamiento, hace su función.
· Cliente SSH: rápido y fluido
· Otras aplicaciones como AEMET, transporte público y compañía: rápidas y fluidas.
· Youtube: Como el primer día.
· Aplicación del banco: a veces se traba un poco, pero en general va bien.
· Apps de Google como Calendars, Contactos, etc: Como el primer día.
En general le doy bastante uso y bastante variado. No echo en falta nada y para la mayoría de las tareas, hace un servicio razonable aunque hay cosas que a veces van demasiado lentas (Maps y Firefox a veces son desesperantes). Desde el punto de vista de la comodidad, su limitada memoria de almacenamiento hace que tenga que borrar cosas periódicamente, pero estoy acostumbrado a tener sólo lo necesario y no es un drama. Eso obviando el hecho de que la cámara es bastante floja, aunque lo ha sido desde el primer día así que no es algo que me moleste.
No tengo intención de cambiarlo de momento y no muestra signos de que se vaya a cascar en breve (aunque de la memoria flash nunca te puedes fiar).
Y ¿vosotros qué? ¿Habéis desprogramado la obsolescencia en algún cacharro de uso cotidiano?