Decían que los Ochenta era una hipérbole desmesurada, y no es casualidad que volviesen a estar de moda coincidiendo con esta fiebre de las redes sociales, donde todo acaba clasificado en un extremo u otro, retroalimentado hasta el infinito por palmeros a sueldo de likes.
Como hombre tranquilo ( seguramente también pobre y ocupado 😉 ), ver a un ser humano embriagado por el hype, me lleva por un lado a comprenderlo recordando como vosotros algún momento de la juventud en que ansiaba algo con todas mis fuerzas, que ahora parece absurdo y efímero.
Sin embargo, también me preocupan estas personas que viven de sobresalto en sobresalto como los hinchas o fanáticos del fútbol, dispuestos a todo y contra todos por defender a su equipo o su jugador favorito, sin importar la realidad. Simplemente porque se han convertido en su religión, y como adeptos entregados, daran su vida por ir a ese cielo.
En definitiva, no os fieis de nadie que se defina por una simple afición como si fuese una forma de vida.
Salu2!